domingo, 22 de abril de 2018

El meollo de la vida.

Una de las cosas que ayudan a sentirse a uno un poco más feliz o al menos estable en el sentido emocional, es llevar a la práctica lo que piensa, ser coherente. Es difícil, pero cuando usas tu fuerza de voluntad y lo consigues, te sientes como en extásis. Has logrado una o unas de las cosas que llevabas tiempo pensando pero que no hacías, estás acercándote un poco más a quien eres. Es crucial, porque es una sensación que nadie puede arrebatarte, por mucho que digan, critiquen, al final da lo mismo, hablarían igualmente así que,  ¿ Por qué no hacerlo ? 

Lo que me quede de vida quiero vivir, acercarme a lo que soy lo mejor que pueda, no desaprovechar oportunidades por cansancio u ociosidad, querer más y demostrarlo, sacar la belleza de más cosas, aprender, leer todo lo que pueda, ser valiente aunque por dentro esté aterrorizada, escribir y escribir y sacar lo que llevo dentro para que no se pudra. Ya que he tenido la suerte de llegar a respirar y de venir a este mundo, al menos, que no caiga en vano, no sentir que he perdido el tiempo porque tener ese sentimiento ,creo, es peor que que te digan que te mueres. Al menos si te dan esa noticia irte, irte en paz, con la tranquilidad que has dado todo de ti.

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