Me gusta la placidez de una tarde en la que llueve fuera, detrás de la ventana y la paz de ver las estrellas en una noche calmada. Me gusta disfrutar del momento pero también tener la seguridad de que habrá un mañana, si no fuese así, me angustiaría de tal forma que dejaría de vivir, mis sentidos se apagarían. Es fácil hablar de la tristeza como hacen algunos, desde un punto de vista en el que todo parece ir bien. Sin embargo cuando las cosas se tuercen, cuando todo se desmorona pierden su esencia y eso es algo que no quiero. No quiero dejar de ser yo ni en los buenos momentos ni en el caos más absoluto, es difícil sí, pero yo lo intentaría, lo haría con todas mis fuerzas.
Porque, si no somos nosotros mismos, ¿Que nos queda?
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