lunes, 10 de agosto de 2015

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Mi vida se está convirtiendo en una constante contemplación con tantos interrogantes que a veces me cuesta abarcarlos todos,pero es inherente a mí. Solo dejo de pensar cuando duermo y aún así a veces los sueños plantean más reflexión para la mañana siguiente. Muchas veces no estoy,de pequeña me decían en un tono de desagrado que tenía demasiado mundo interior y que sería bueno que exteriorizara más mis sentimientos. Pero lo de esconderme no lo hago con acritud,solo que creo que poca gente puede llegar realmente a entender como soy y también porque sé que cuando lo haces con la persona equivocada no puedes evitar sentirte alguien fuera de lugar.Ya sabéis,esa mirada que recibíís como si fueráis una persona extraña.

Ante el dolor mi defensa es ignorarlo,pensar en otras cosas,ocupar mi mente con imágenes más agradables.Y aunque parezca que no me importa, en verdad, es simplemente que me afecta tanto,cualquier nimiedad,un mal gesto,una palabra mal dicha que intento salir como sea de esa sensación tan angustiosa.Y es algo que nace de mí.Me he prometido manifestar más mis sentimientos pero es difícil. Por eso,escribirlo es un desahogo,es fácil,nadie puede verte.

Escribir alivia el dolor.



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