martes, 23 de septiembre de 2014

Cuantas veces he visto la ciudad de noche y he querido aplacar el llanto,la gente se vanagloria de sonreir por mera educación,pero se les ofende si no les sonríes porque no puedes. Tienes que hablar cuando te lo piden,decir cualquier banalidad,mirar a otro lado y decir,todo bién. Lo peor de todo es querer ir y no saber dónde,ves los ojos de los demás. ¿Habrá alguien que se moleste en mirar dentro de uno? El ombligo es muy atractivo supongo,perecen antes,quiero creerlo. Pero no voy a volver a torcer mi brazo ni a inclinarme ante nadie.

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