.

Te veo desde lejos
para que tus pasos
no se confundan con los míos,
porque si lo hiciesen,
no podrían olvidarse nunca.

He querido
y no había razones,
y si las hubo,
no las supe entender.

Dejas el peso de tú imaginación en ese alguien,
no puedes evitar verter sobre esa persona
todo lo bueno y lo malo,
tu estado de ánimo va unido
a un lenguaje que nadie entiende.

22.

Abrazo al hijo que no tengo
lloro con él
mientras le digo que
yo ya no tengo esperanza.

Nada es tuyo
o mío.

Es del tiempo.

Son instantes capaces de hacer
que olvides lo que dejaste,
pero tan solo son palabras vacías.